El alma es una, pero en cada una de nuestras terminaciones vestimos un cuerpo distinto al que tenemos que cuidar y amar porque constituye el templo en donde mora nuestra esencia divina. Mimar nuestra parte más densa representa que también sabemos velar por nuestros otros cuerpos: el etérico, el astral y el causal. Un cuerpo físico agobiado difícilmente nos permita acceder a los planos más sutiles de nuestra existencia; de allí la razón de realizar rituales y prácticas como la meditación para desbloquearlo y depurarlo.
Culturas orientales a través de la evolución de la historia han desarrollados diversas técnicas de limpieza de nuestra anatomía energética. Es por todos sus trabajos que hoy sabemos que hay zonas de nuestro cuerpo como la región del plexo solar, a la cual se le adosan con facilidad energías de baja frecuencia. Las esencias y las sales promueven la renovación, limpieza y apertura de nuestros centros energéticos para que el flujo de vida circule por y a través de ellos. Te presentamos productos que no te pueden faltar a la hora de mimar a tu cuerpo físico.
Los masajes son una herramienta utilizada para calmar el dolor y al mismo tiempo fomentar la relajación. China, Egipto, Grecia, Japón e India entre otras civilizaciones, las han usado desde la antigüedad. En sesiones de meditación se pueden incluir para promover la desconexión de las afecciones mentales, emocionales o bien físicas que impiden la conexión con el plano espiritual tan fundamental si se pretende transitar el camino de la evolución personal.
Contar con los instrumentos necesarios para llevar a cabo una buena sesión de masajes hace la diferencia en el resultado de la misma. Aquí te dejamos una selección de materiales que no te pueden faltar.
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